Eso que llaman "hemoficción"
La fascinación por la obra de Juan Trigos trae a Lorenzo Mijares y compañía, con la actitud de un promotor cultural que busca nuevos horizontes. Para ver en Casa Grote.
- 1
- de
- 1
Por Beatriz Molinari 14/05/2013 14:41
Teatro de Hemoficción. El título sorprende e intriga. Lorenzo Mijares, mejicano, y Marcela Echichurri, cordobesa, se apasionan al contar que se dedican a la obra extensa del narrador mejicano Juan Trigos, autor de ‘hemoficción'.
"Juan Trigos -dicen- se refiere a la ficción sangrienta, por la familia, la herencia, la violencia. Sus obras están cargadas de dramatismo e intensidad. Es una especie de alarido de dolor de humanidad ancestral que se da de manera estridente, expresionista. Termina siendo hilarante porque tiene un sentido del humor muy propio de México. Humor negro, sarcástico. Cada frase puede provocar, también, un dolor desgarrador". Y al ser muy exagerado, provoca la risa.
"Pienso en el monólogo Cabeza de perro con orejas de conejo, -dice Marcela-. Una mujer se queda sola en la casa, porque su marido se fue con otra. Ella queda tramando venganza, y espera que no le quiten la casa. Vemos cómo Alicia está preocupada por vengarse, y torturando a un perrito, que es un títere". Y alude a esa mezcla de enojo, rabia y locura que provoca risa. La cabeza del perro le dice: ‘Bueno, ya, mátalos'. Pero ella contesta que sólo los vivos sufren. Quiere vivir en eterna persecución.
En Contra-sujeto, un personaje que ha visto en su infancia a dos personas jugando con la cabeza de un muerto, lleva una vida impregnada por ese hecho.
La relación entre Trigos y Antonin Artaud es inevitable. En un manifiesto, Mijares escribió que lo que Artaud buscaba con su alarido como artista y sus escritos en el Teatro de la Crueldad, lo llevó a México en busca de la llama extinta en Europa: "Artaud hablaba de la crueldad en sentido más refinado: que la cultura impacte la vida del ser humano, nos haga reconocer lo miserables e incapaces que hemos sido de crecer como seres humanos y a favor del desarrollo de la conciencia".
A nivel actoral, coinciden con Artaud en Alquimia del teatro cuando dice que el actor tiene la posibilidad de que, a través de las vidas de los personajes, se produzca una alquimia. "Que la mierda se transforme en oro. El actor de hemoficción vive la experiencia de ser un asesino serial y experimenta un proceso alquímico, se humaniza y el método de Lorenzo incorpora parámetros (acción, gesto, tono, intención y ritmo) para un personaje. El actor consigue las emociones. Cuando baja del escenario no es la misma persona. El músculo emocional se expande", señala Marcela, que viajó a España en 2003 y allí encontró lo que le gusta hacer.
Mijares conoció 14 años atrás la obra de Trigos, dramaturgo con 100 obras escritas. A 13 años de estrenar Dejame que te mate para ver si te extraño, Lorenzo y las actrices Marcela Echichurri y Ángela Tejedor se instalan en Córdoba para mostrar su estética. En la charla destacan la apertura que tuvieron con ellos distintas salas como La Chacarita, Espacio Tres51, La Luna, La Cochera, Espacio Máscara y Casa Grote.
En la sala de Padre Grote, Lorenzo Mijares presenta el monólogoContra-Sujeto, los viernes. Allí seguirán las presentaciones con sus obras, los primeros viernes de junio y julio. Marcela volverá conCabeza de perro con orejas de conejo. En junio, Ángela Tejedor mostrará La Diana cazadora de cabezas en Espacio Máscara. Lorenzo, Ángela y actores cordobeses, bajo la dirección de Marcela Echichurri, preparan El ojo de Edipo.
Habrá talleres de Lorenzo en La Cochera para formar actores en esta corriente y metodología, y protagonizan una experiencia de radioteatro por Internet en: zumbalaturba.com.ar (FM 99.5), todos los días a las 17.
EL DATO
Monólogo de hemoficción, Autor: Juan Trigos. Dirección y actuación: Lorenzo Mijares. Viernes a las 21.30 en Padre Grote 1080. Entrada: $ 40.
Monólogo de hemoficción, Autor: Juan Trigos. Dirección y actuación: Lorenzo Mijares. Viernes a las 21.30 en Padre Grote 1080. Entrada: $ 40.
'Hemoficción teatral': Latinoamérica también se hace un hueco en el mundo del arte español
Juan Rodríguez - VC 06/07/2012
Lorenzo Mijares puede considerarse como un pionero en difundir una de las corrientes culturales más vanguardistas del momento. A sus 47 años, este actor y director mexicano es el promotor de la Compañía de Teatro de Hemoficción, una nueva concepción del arte que se encuentra en pleno auge tras más de 10 años de trayectoria.
- Todo sobre Emprendedores 2020
- Todo sobre Emprendedores 2020
Quizás le interese ...
Tal y como cuenta Mijares, la compañía se llama Teatro de Hemoficción, concepto creado por el dramaturgo mexicano Juan Trigos, que inventó toda esta corriente cultural hace varias décadas y con quien este actor mexicano se topó hace 13 años gracias a una obra llamada 'Déjame que te mate para ver si te extraño'. Confiesa que "cuando monté esta obra me di cuenta al poco tiempo que mi vida la comenzaba a centrar en la obra de Trigo, luego vinieron una y otra y otra más hasta la fecha sumar 15 puestas en escena".
De esta forma comenzó una carrera alrededor de una corriente que le fascinó. No dudó en hacer su equipaje para marcharse de su país y dar a conocer esta corriente al resto del mundo. Según nos cuenta, el camino no ha sido fácil, pero en sus ojos podemos ver la ilusión de comenzar a mover un proyecto que siempre ha considerado como suyo y que hoy en día ha podido compartir con mucha gente relacionada con el mundo del arte, delegando sus funciones de dirección a una de sus discípulas, la argentina Marxela Etchichury, que ocupa dicho cargo desde entonces.
Así, Mijares ha llevado su compañía desde Croacia hasta Rusia, pasado por Bucarest, Turín o Rumanía: "Estuve en Croacia después viajé a Rusia, y después de haber estado en Croacia y Rusia que son países realmente tan distantes a México y tan distintos de otras lenguas y darme cuenta de que el trabajo había impactado de una manera brutal, dije bueno si no voy a España ¡es porque estoy loco!, porque si esto ha ocupado el interés de los medios y el interés del público y el interés cultural en países y en símbolos tan distintos como Croacia y Rusia, con mucho más razón debe ocurrir en España", asevera Lorenzo.
Finalmente aterrizó en España en noviembre de 2004 porque, según dice, "sentí la necesidad de compartir este movimiento cultural con el mundo y también me di cuenta de que España era la plataforma idónea para poder difundir una corriente en lengua española que por otro lado se ha nutrido de todo lo que ocurrió entre la colisión cultural por la conquista entre España y México. Entonces quise venir aquí primero y que España fuese una plataforma para mostrar mi trabajo y el trabajo de mucha gente".
Sin embargo, las primeras dificultades que se encontró al llegar a nuestro país fueron principalmente personales. Lorenzo confiesa que "dar el paso de instalarme en España como artista, como director, como actor y como promotor cultural me tomó tiempo y eso no debo culpar al país de ninguna manera. Una cosa es llegar a un lugar y otra es vivir en ese lugar, yo creo que toma tiempo, a mí me tomó un par de años digerir el cambio, darme cuenta de con quienes estaba viviendo, empezar a conocer un poco a la gente, a darme idea de las diferencias y similitudes, eso me llevo un par de años".
Es duro comenzar tu vida en un país totalmente extraño, afortunadamente, Mijares logró sobreponerse a las adversidades de la adaptación y empezó a moverse con mucha más fluidez y naturalidad por España. "Empecé a formar una compañía de repertorio aquí, con actores españoles, italianos, marroquíes, latinos, de muchos países diversos como Ecuador, Colombia, Argentina, Uruguay... y ha sido con los años que se ha ido consolidando el trabajo con el paso del tiempo" asegura Mijares.
Por otro lado, este director mexicano asegura que no se ha encontrado con las puertas cerradas en lo que se refiere al ámbito económico, ya que su filosofía de trabajo permite una mecánica de funcionamiento mucho más dinámica para todos: "Las dificultades financieras, yo no me he acercado a un banco a pedir un crédito, tampoco ha sido necesario y no porque me sobren recursos sino porque más bien yo buscaba hacer aún prescindiendo de los recursos, aún con todas las dificultades económicas delante, yo siempre me he propuesto que los proyectos sigan adelante a pesar de las complicaciones económicas, entonces creo que eso ha sido un plus en esta compañía, y que se ha formado con gente que se ha apostado por el movimiento cultural, por el proyecto, por esta forma de trabajar y de crear sin condicionarlo a las cuestiones de carácter económico".
Es por ello por lo que esta compañía teatral formada por una sinergia de artistas de todo el mundo está cosechando éxitos allá por donde va. Desde sus inicios en Barcelona, hasta llegar a la Capital de la cultura. Madrid ha sabido acoger a este grupo de innovadores y gracias a esto la aceptación del proyecto está siendo un éxito. "Haber estado durante algunos años en Barcelona, y la suma del impacto que ha tenido nuestro trabajo a los años es un punto a favor, entonces se nos están abriendo muchas puertas, muchas oportunidades hoy que hace tiempo no se abrían" asegura orgulloso Lorenzo.
Esto le permitió, a este promotor mexicano, iniciar un Festival sobre la corriente cultural de la Hemoficción, un festival que lleva 5 años en funcionamiento y que ha sido muy bien acogido por todo el mundo, uniendo las diferentes disciplinas del arte, desde cortometrajes hasta exposiciones plásticas, pasando por la idea de querer introducir la música y la ópera en los próximos festivales.
Pero a este emprendedor del la cultura no le faltan ideas. Tiene en mente mover sus 15 puestas en escena por todos los rincones de nuestro país "... y todo lo que queda por venir", afirma.
Más información sobre la Campaña Teatral de Hemoficción en el blog de Lorenzo Mijares (http://lorenzomijares.blogspot.com.es/).
De esta forma comenzó una carrera alrededor de una corriente que le fascinó. No dudó en hacer su equipaje para marcharse de su país y dar a conocer esta corriente al resto del mundo. Según nos cuenta, el camino no ha sido fácil, pero en sus ojos podemos ver la ilusión de comenzar a mover un proyecto que siempre ha considerado como suyo y que hoy en día ha podido compartir con mucha gente relacionada con el mundo del arte, delegando sus funciones de dirección a una de sus discípulas, la argentina Marxela Etchichury, que ocupa dicho cargo desde entonces.
Así, Mijares ha llevado su compañía desde Croacia hasta Rusia, pasado por Bucarest, Turín o Rumanía: "Estuve en Croacia después viajé a Rusia, y después de haber estado en Croacia y Rusia que son países realmente tan distantes a México y tan distintos de otras lenguas y darme cuenta de que el trabajo había impactado de una manera brutal, dije bueno si no voy a España ¡es porque estoy loco!, porque si esto ha ocupado el interés de los medios y el interés del público y el interés cultural en países y en símbolos tan distintos como Croacia y Rusia, con mucho más razón debe ocurrir en España", asevera Lorenzo.
Finalmente aterrizó en España en noviembre de 2004 porque, según dice, "sentí la necesidad de compartir este movimiento cultural con el mundo y también me di cuenta de que España era la plataforma idónea para poder difundir una corriente en lengua española que por otro lado se ha nutrido de todo lo que ocurrió entre la colisión cultural por la conquista entre España y México. Entonces quise venir aquí primero y que España fuese una plataforma para mostrar mi trabajo y el trabajo de mucha gente".
Sin embargo, las primeras dificultades que se encontró al llegar a nuestro país fueron principalmente personales. Lorenzo confiesa que "dar el paso de instalarme en España como artista, como director, como actor y como promotor cultural me tomó tiempo y eso no debo culpar al país de ninguna manera. Una cosa es llegar a un lugar y otra es vivir en ese lugar, yo creo que toma tiempo, a mí me tomó un par de años digerir el cambio, darme cuenta de con quienes estaba viviendo, empezar a conocer un poco a la gente, a darme idea de las diferencias y similitudes, eso me llevo un par de años".
Es duro comenzar tu vida en un país totalmente extraño, afortunadamente, Mijares logró sobreponerse a las adversidades de la adaptación y empezó a moverse con mucha más fluidez y naturalidad por España. "Empecé a formar una compañía de repertorio aquí, con actores españoles, italianos, marroquíes, latinos, de muchos países diversos como Ecuador, Colombia, Argentina, Uruguay... y ha sido con los años que se ha ido consolidando el trabajo con el paso del tiempo" asegura Mijares.
Por otro lado, este director mexicano asegura que no se ha encontrado con las puertas cerradas en lo que se refiere al ámbito económico, ya que su filosofía de trabajo permite una mecánica de funcionamiento mucho más dinámica para todos: "Las dificultades financieras, yo no me he acercado a un banco a pedir un crédito, tampoco ha sido necesario y no porque me sobren recursos sino porque más bien yo buscaba hacer aún prescindiendo de los recursos, aún con todas las dificultades económicas delante, yo siempre me he propuesto que los proyectos sigan adelante a pesar de las complicaciones económicas, entonces creo que eso ha sido un plus en esta compañía, y que se ha formado con gente que se ha apostado por el movimiento cultural, por el proyecto, por esta forma de trabajar y de crear sin condicionarlo a las cuestiones de carácter económico".
Es por ello por lo que esta compañía teatral formada por una sinergia de artistas de todo el mundo está cosechando éxitos allá por donde va. Desde sus inicios en Barcelona, hasta llegar a la Capital de la cultura. Madrid ha sabido acoger a este grupo de innovadores y gracias a esto la aceptación del proyecto está siendo un éxito. "Haber estado durante algunos años en Barcelona, y la suma del impacto que ha tenido nuestro trabajo a los años es un punto a favor, entonces se nos están abriendo muchas puertas, muchas oportunidades hoy que hace tiempo no se abrían" asegura orgulloso Lorenzo.
Esto le permitió, a este promotor mexicano, iniciar un Festival sobre la corriente cultural de la Hemoficción, un festival que lleva 5 años en funcionamiento y que ha sido muy bien acogido por todo el mundo, uniendo las diferentes disciplinas del arte, desde cortometrajes hasta exposiciones plásticas, pasando por la idea de querer introducir la música y la ópera en los próximos festivales.
Pero a este emprendedor del la cultura no le faltan ideas. Tiene en mente mover sus 15 puestas en escena por todos los rincones de nuestro país "... y todo lo que queda por venir", afirma.
Más información sobre la Campaña Teatral de Hemoficción en el blog de Lorenzo Mijares (http://lorenzomijares.blogspot.com.es/).
http://vos.lavoz.com.ar/escena/buena-oferta-escenica-para-cordoba
El Teatro de Hemoficción se presenta en Córdoba con la obraCabeza de perro con orejas de conejo del autor mejicano Juan Trigos y actuada por Marxela Etchichury, cordobesa formada en España.
“La Hemoficción juega sin vergüenza y sin pudor con eso que somos y nos sumerge en ficciones cargadas de profundidad y de una veracidad aterradora que, gracias al creador, también están llenas de poesía y belleza”, ha dicho el director Lorenzo Mijares. Alicia, sola en su casa, trama venganzas disparatadas contra las personas que ella siente que contribuyeron a su soledad. La acompaña un títere (perro/conejo) en el que descarga toda su rabia. Viernes a las 21.30 en Espacio Tres51, Félix Robin Ferreira 2932, Alberdi. General $ 45.
Cabeza de Perro con Oreja de Conejo
La obra unipersonal se presenta los viernes de marzo.
Lugar: Espacio Tres51
Dirección: Félix Robin Ferreyra 2932. Bº Alto Alberdi
Localidad: Córdoba
Fecha: Viernes 29 de marzo 2013
Hora: 21.30 hs.
Costo: $ 45
Teatro de Hemoficción llega a Córdoba con la obra Cabeza de Perro con Oreja de Conejo, de Juan Trigos. Está dirigida por Lorenzo Mijares (ambos artistas mexicanos) y actuada por Marxela Etchichury, actriz de origen cordobés formada en España.
Alicia, sola en su casa, trama venganzas disparatadas contra las personas que ella siente que contribuyeron a su soledad. La acompaña un títere (perro/conejo) en el que ella descarga toda su rabia. Monólogo tragicómico, sorprende al espectador por su intensidad y humor. Una adaptación hemofictiva de Alicia en el país de las maravillas.
Cabeza de Perro con Oreja de Conejo se presenta los viernes 15, 22 y 29 de marzo a las 21.30 en Espacio Tres51. Reservas aespaciotres51@gmail.com y (0351) 4803650.
Entrada $ 45, estudiantes y jubilados $ 40.
Jueves, 13th noviembre, 2008
Pez Ahogado, hemoficción
Hace tiempo os hablé de una obra de hemoficción y hoy vuelvo al tema porque nuestros compañeros del teatro más visceral que podáis ver vuelven con una nueva obra que no os dejará indiferentes.
Se trata de Pez Ahogado un nuevo texto de Juan Trigos, dirigido por Lorenzo Mijares, que tenéis la oportunidad de ir a ver hoy jueves a las 22h en el Antic Riereta Teatre.
Si tenéis curiosidad y queréis saber más, no dejéis de consultar su página web: Teatro de hemoficción.
última hora sobre "Lorenzo Mijares"
• 6-07-2012 | 16:37 horas
Lorenzo Mijares: Lorenzo Mijares puede considerarse como un pionero en difundir una de las corrientes culturales más vanguardistas del momento. A sus 47 años, este actor y director mexicano es el promotor de la Compañía de Teatro de Hemoficción, una nueva concepción del arte que se encuentra en pleno auge tras más de 10 años de trayectoria.
Arta de a sângera pe scenă
Despre sîngerarea din fericire cu Lorenzo Mijares şi Marxela Etchichury. Cu alte cuvinte, Hemoficţiune.
"Ne place ceea ce facem.' Asa incepe discutia cu Lorenzo Mijares, regizor si actor al Teatrului de Hemofictiune din Barcelona si cu Marxela Etchichury, actrita pregatita de el.
"Opera lui Juan Trigos este senzationala', continua Marxela. "Nu e usor sa fii spectator si in niciun caz nu e usor sa interpretezi un personaj imaginat de Juan, dar atunci cind intri in contact cu opera lui, iti dai seama ca esti martor al unui lucru fabulos. Imi amintesc ca primele dati cind mergeam sa vad spectacolele puse in scena de Lorenzo, ma intorceam acasa devastata. Nu puteam sa mai dorm linga cel care-mi era pereche atunci si aveam o stare fizica greu de suportat, deoarece Trigos, prin ceea ce scrie, reuseste sa te convinga sa te uiti la tine. Si nu toti putem sa facem asta pina la capat si mai ales fara sa avem impulsul sa vopsim oglinda in culori aprinse.'
"Gradul de adevar si profunzime din Hemofictiune este universal si aproape dureros', intervine Lorenzo. "Opera lui Juan Trigos relationeaza cu cea mai dureroasa parte a umanitatii. Ne arata ca noi oamenii putem fi oribili, dar scoate la suprafata si sensibilitatea din cel care face lucrurile acelea groaznice.
Toti avem o parte sensibila in oribilitatea noastra. Pina la urma si un tata care-si violeaza fiica poate sa lacrimeze cind asculta Chopin, nu-i asa?'
Ascultindu-i, ma intreb citi dintre noi putem spune ca suntem fericiti si impliniti prin ceea ce facem.
"Voi romanii sunteti niste oameni minunati, cred ca semanati foarte mult cu argentinienii mei', imi spune Marxela.
"Am gasit aici o ospitalitate si o caldura pe care nu ne asteptam sa le primim si ne simtim fericiti.
Stii, tot datorita Hemofictiunii, am invatat ca pentru a aprecia fericirea si a profita de ea pe deplin, trebuie sa accepti si sa imbratisezi si suferintele de care uneori te izbesti in viata.
HEMOFICTIUNEA?!
O descriere a acestui curent literar de avangarda (intemeiat de romancierul si dramaturgul mexican Juan Trigos) pe care o descoperim pe site-ul oficial al Teatrului de Hemofictiune, defineste Hemofictiunea ca fiind arta de a "singera'. Este o miscare specific mexicana, care se potriveste tuturor "marginalizatilor', autorul afirmind ca universalitatea ca tendinta estetica a favorizat "rasismul artistic'. Pentru a gasi calea spre umanitate trebuie sa suporti o singerare a sinelui.
A fost odata…
"Eram trecut de 30 de ani si extrem de nefericit cind l-am cunoscut pe Juan Trigos si…l-am crezut!
M-a intrebat ce fac si i-am spus ca sunt regizor de teatru. <<Si acum la ce lucrezi?>> I-am raspuns ca nu am nimic in lucru si mi-a zis: <>
L-am ascultat si am trecut prin Shakespeare, Moliere, Ionescu…si Juan Trigos. L-am ales pe el pentru ca asa am simtit atunci. Prima piesa de Juan Trigos pe care am pus-o in scena a fost Lasa-ma sa te omor ca sa vad daca mi-e dor de tine.
M-am indragostit de opera lui si nu m-a dezamagit niciodata.
In afara de Marxela care a fost constanta de cind a inceput si pina azi, sunt altii care vin si pleaca. E un lucru solicitant sa faci Hemofictiune si ii inteleg pe cei care nu rezista si se lasa pentru un timp – spun pentru un timp, caci majoritatea revin.
Stii, cuvintul <> se foloseste pentru a defini foarte multe lucruri. Joci teatru, te prefaci, faci teatru, te urci pe o scena…eu cred ca teatrul in adevaratul lui sens este atunci cind te daruiesti artei. Eu ma urc pe scena ca sa traiesc o experienta care sa-mi marcheze viata, sa-mi umple golul existential. Nu ma urc pentru aplauze, sau pentru spectatori, ci pentru arta. N-am nicio problema sa joc in prezenta unui singur om sau in prezenta a o suta de oameni, atita vreme cit se intelege ca sunt acolo pentru si intru arta si ca ma bucur atunci cind se intimpla sa rezonam.'
Zimbeste si se uita spre Marxela.
"Marxe, tu?'
"A, cum a inceput povestea mea de dragoste cu Hemofictiunea?'
Ride si se uita complice spre Lorenzo.
"Aveam 27 de ani si scriam literatura. Intotdeauna mi-am dorit sa fiu actrita, dar provin dintr-o familie cu preocupari academice si destul de conservatoare, asa ca nici macar nu voiau sa-si imagineze ca m-as putea face actrita.
Am evadat asadar cu prima ocazie si am ajuns intr-un final in Spania, unde am continuat sa ma exprim prin scris (am inceput sa scriu la 12 ani) si din cind in cind mai sutineam cite un recital de poezie. Dar tot simteam ca-mi lipseste ceva. Si am descoperit ce in ziua in care am vazut un anunt cum ca se cautau actori-ucenici pentru Hemofictiune. Am raspuns imediat, am spus ca nu sunt actrita, dar mi-as dori sa fiu si a doua zi am fost la preselectie. Si de atunci nu m-am mai oprit.'
Si-am incalecat pe-o sa si v-am spus povestea-asa.
Pe Lorenzo Mijares il puteti vedea luni 30 mai, ora 20.00 la Teatrul LUNI de la Green Hours in one-man-show-ul "CONTRA-SUBIECT'.
traducerea: Horia Barna
regia: Lorenzo Mijares
regia: Lorenzo Mijares
Autor: Alina Dan
Pentru prima dată, Teatrul de Hemoficțiune din Barcelona oferă spectacole și în România, în cadrul celei de a patra Ediții a Festivalului Internațional, care cuprinde spectacole în Spania, Statele Unite, Italia, Mexic și Germania.
Spectacolele din România sunt organizate de Reprezentantul Teatrului de Hemoficțiune în România, domnul Horia Barna, fostul director al ICR Madrid. In viitor, se preconizează traducerea și publicarea în limba română a pieselor dramaturgului mexican Juan Trigos, traducere realizată de Horia Barna.
Juan Trigos este fondatorul curentului de Hemoficțiune (Arta de a „sângera”), o literatură de avangardă, care unește grotescul cu umorul, expune fără ocolișuri părțile negre ale societății contemporane, disfuncționalitatea din relațiile de familie, violența, sexul, moartea. Obligându-și spectatorii să ia contact cu ce este mai abject în ființa omenească, scopul hemoficțiunii este provocarea unei eliberări, o trezire spirituală. Hemoficţiunea deschide porţile către cunoaşterea intimă a cititorului sau spectatorului adult, cel care este în stare să-si contemple propriile abisuri.
Umor crud şi dramatism
O literatură gravă, care indică drumul către ieşirea din balamucul cotidian. Convenţionalul este depăşit pentru a intra în situaţii extreme, realităţi inventate, ficţiuni „sângeroase” care par nişte jocuri, dar în care profunzimea spirituală este luminată de experienţă. Umor crud pe un fundal dramatic.
Teatrul de Hemoficțiune are reprezentați în Spania (directorul pentru Madrid fiind jurnalistul român Fabianni Belemuski), Italia, Statele Unite, Mexic si Italia.
Din echipa Teatrului de Hemoficțiune, fac parte și actrițe românce din Spania.
Teatrul de Hemoficțiune a fost înființat în anul 2000, la Barcelona, de Lorenzo Mijares, regizor și actor, care este considerat un pioner pe plan mondial în câmpul Hemoficțiunii. Prima sa operă pusă în scena a fost “Lasă-mă să te omor ca să văd dacă mi se face dor de tine” de Juan Trigos și de atunci, a jucat, produs și regizat zeci de piese de Hemoficțiune, pe toate continentele, în peste 800 de spectacole. Lorenzo Mijares a fost recompensat cu numeroase premii pentru activitatea sa teatrală, printre care Premiul Niram Art pentru Teatru și Trofeul oferit în cadrul Galei Celebrităților Româno-Spaniole, organizată de TVR Internațional.
La București, spectacolele vor avea loc în zilele de
- 24 mai (Teatrul Green Hours)
- 27 mai (Romexpo, Pavilion C6, Bookfest 2011)
- 30 mai (Teatrul Green Hours).
La Romexpo va avea loc, pe data de 27 mai, o conferință cu echipa Teatrului, cu participarea dramaturgului Juan Trigos.
Spectacolele vor fi prezentate în versiune originală, în spaniolă, cu supra-titrare în română (Green Hours) și traducere simultană (Romexpo).
Citiţi mai mult: Arta de a sângera pe scenă - Cultură > EVZ.ro http://www.evz.ro/detalii/stiri/arta-de-a-sangera-pe-scena-930941.html#ixzz1WPpiEJUw
EVZ.ro
Juan Trigos este fondatorul curentului de Hemoficțiune (Arta de a „sângera”), o literatură de avangardă, care unește grotescul cu umorul, expune fără ocolișuri părțile negre ale societății contemporane, disfuncționalitatea din relațiile de familie, violența, sexul, moartea. Obligându-și spectatorii să ia contact cu ce este mai abject în ființa omenească, scopul hemoficțiunii este provocarea unei eliberări, o trezire spirituală. Hemoficţiunea deschide porţile către cunoaşterea intimă a cititorului sau spectatorului adult, cel care este în stare să-si contemple propriile abisuri.
Umor crud şi dramatism
O literatură gravă, care indică drumul către ieşirea din balamucul cotidian. Convenţionalul este depăşit pentru a intra în situaţii extreme, realităţi inventate, ficţiuni „sângeroase” care par nişte jocuri, dar în care profunzimea spirituală este luminată de experienţă. Umor crud pe un fundal dramatic.
Teatrul de Hemoficțiune are reprezentați în Spania (directorul pentru Madrid fiind jurnalistul român Fabianni Belemuski), Italia, Statele Unite, Mexic si Italia.
Din echipa Teatrului de Hemoficțiune, fac parte și actrițe românce din Spania.
Teatrul de Hemoficțiune a fost înființat în anul 2000, la Barcelona, de Lorenzo Mijares, regizor și actor, care este considerat un pioner pe plan mondial în câmpul Hemoficțiunii. Prima sa operă pusă în scena a fost “Lasă-mă să te omor ca să văd dacă mi se face dor de tine” de Juan Trigos și de atunci, a jucat, produs și regizat zeci de piese de Hemoficțiune, pe toate continentele, în peste 800 de spectacole. Lorenzo Mijares a fost recompensat cu numeroase premii pentru activitatea sa teatrală, printre care Premiul Niram Art pentru Teatru și Trofeul oferit în cadrul Galei Celebrităților Româno-Spaniole, organizată de TVR Internațional.
La București, spectacolele vor avea loc în zilele de
O literatură gravă, care indică drumul către ieşirea din balamucul cotidian. Convenţionalul este depăşit pentru a intra în situaţii extreme, realităţi inventate, ficţiuni „sângeroase” care par nişte jocuri, dar în care profunzimea spirituală este luminată de experienţă. Umor crud pe un fundal dramatic.
Teatrul de Hemoficțiune are reprezentați în Spania (directorul pentru Madrid fiind jurnalistul român Fabianni Belemuski), Italia, Statele Unite, Mexic si Italia.
Din echipa Teatrului de Hemoficțiune, fac parte și actrițe românce din Spania.
Teatrul de Hemoficțiune a fost înființat în anul 2000, la Barcelona, de Lorenzo Mijares, regizor și actor, care este considerat un pioner pe plan mondial în câmpul Hemoficțiunii. Prima sa operă pusă în scena a fost “Lasă-mă să te omor ca să văd dacă mi se face dor de tine” de Juan Trigos și de atunci, a jucat, produs și regizat zeci de piese de Hemoficțiune, pe toate continentele, în peste 800 de spectacole. Lorenzo Mijares a fost recompensat cu numeroase premii pentru activitatea sa teatrală, printre care Premiul Niram Art pentru Teatru și Trofeul oferit în cadrul Galei Celebrităților Româno-Spaniole, organizată de TVR Internațional.
La București, spectacolele vor avea loc în zilele de
- 24 mai (Teatrul Green Hours)
- 27 mai (Romexpo, Pavilion C6, Bookfest 2011)
- 30 mai (Teatrul Green Hours).
La Romexpo va avea loc, pe data de 27 mai, o conferință cu echipa Teatrului, cu participarea dramaturgului Juan Trigos.
Spectacolele vor fi prezentate în versiune originală, în spaniolă, cu supra-titrare în română (Green Hours) și traducere simultană (Romexpo).
FRAGMENTO DE UNA ENTREVISTA:
Page 18
Hemoficción
ΑValentina Vives
La hemoficción es un movimiento dinámico y en continuo crecimiento gracias al intenso trabajo de Lorenzo Mijares, director, actor y promotor cultural mexicano. Lorenzo vive en Barcelona desde hace varios años y decidió dedicar su vida a la hemoficción ya que en sus propias palabras. “Es lo único que ha calmado mis inquietudes humanas y artísticas.” Lorenzo dirige la compañía de Teatro de Hemoficción, una compañía de repertorio que tiene en su haber cientos de representaciones de varias obras de Trigos en multitud de espacios escénicos, tanto convencionales como alternativos.
Marxela Etchichury contacta con Lorenzo Mijares cuatro años atrás y se involucra inmediatamente en este proyecto cultural. Marxela, quien siempre se había interesado por los movimientos artísticos de vanguardia del s.Xx y el teatro del absurdo, encuentra en la hemoficción un canal para manifestar sus necesidades humanas y dar con respuestas. Marxela se forma en hemoficción a partir de los talleres impartidos por Lorenzo. A día de hoy, ya es actriz y directora de montajes teatrales dehemoficción y está preparando La señora del rostro rasurado, una obra que denuncia la violencia machista. Según Marxela, “aunque la hemoficción habla de la sociedad, la familia o la religión, no es un movimiento artístico social sino cultural.”
Los Talleres de Formación de actor, director y promotor cultural, transmiten una técnica de actuación basada en una metodología específica de la hemoficción.
Teniendo en cuenta que se trata de un movimiento cultural vanguardista, es evidente que se rompen las pautas convencionales de
{18} Www.THERAMBLAS.Com
AGOSTO 21ST, 2011
El encuentro
“En vez de humano soy un hongo, un hongo loco”
Encuentro con Marxela L. Etchichury
Lo pensé detenidamente. Preguntar es a veces un riesgo. Marxela no es Marxela, o mejor, no es lo que esperamos que haya detrás de Marxela (actriz, promotora cultural, presidenta de la asociación Teatre Hemoficció). Supe hace tiempo de este movimiento teatral que se ha ido haciendo un sitio en Barcelona, pero que ha estado ya rodando por Italia, Rumanía y varias ciudades españolas. Supe, a su vez, del prolífero escritor del texto de estas representaciones, Juan Trigos, y supe el artífice de estos espectáculos y descubridor de Marxela, Lorenzo Mijares (todo lo supe de golpe, como un estallido).
Un día, un buen día de 2007, Marxela escuchó un monólogo y su vida cambió para siempre, se encontró con algo, supo algo, y a su vez, con una cierta ironía, algo supo de ella. Muchos sentiremos envidia, otros, sin embargo, simplemente tranquilidad.
Hemoficción, que dicho sea de paso, es algo más que teatro (es decir, algo más que ensayos, representaciones), es un compromiso vital, de eso no cabe duda alguna.
Hemoficción es ser yo. Y sé quien soy porque cada día actúo, ensayo, dirijo o promociono Hemoficción. Mi compromiso con la Hemoficción es el mismo que con la existencia. Quiero vivir haciendo Hemoficción. Esa soy yo. Este es mi lugar en el mundo, en el tiempo del mundo. Busco la congruencia para ser. La Hemoficción me lo exige.
Una obra de Hemoficción invita al desconcierto, la catarsis, la violencia, el despertar. Quien asume ese compromiso ya no puede poseer una identidad corriente. En cualquier caso mis dudas sólo aumentaban.
Mi carne es masa, mis colores son reales, mis humores enjuagan mi alma y mis deseos están conectados a la realidad porque llegué al lugar que me esperaba en los sucesos de la historia. Ahora empiezo a ser una misma desde el principio de mi existencia.
De esta manera, y sólo de esta manera, fui invitado a presenciar un monólogo: Cabeza de perro con orejas de conejo. Marxela estaba ante un lacónico y expectante público, en el teatro café del Llantiol, en el Raval, en Barcelona, en la ya más compleja abstracción ilocalizable de este nuevo teatro…
Lo que más me gusta de lo que hago es que esa diferencia es casi nula. Yo me he formado a través de la experiencia por un artista que creó una manera de hacer teatro gracias a su experiencia. Cuando formo a un actor, hago lo mismo: le enseño a través de la experiencia lo que he aprendido en la práctica.
Subirse al escenario y ensayar es lo único importante.
Subirse al escenario y ensayar es lo único importante.
Me responde Marxela cuando, en bambalinas, le formulo torpemente una serie de preguntas mezcladas. Todas querían saber algo ciertamente incontestable: dónde estaban los límites de la teoría y la práctica, de lo subjetivo y lo colectivo, de la realidad y la representación.
Todas mis posturas reales, mis miedos, mis necesidades, mis vanidades, mis defectos, todos me sirven para cada función. Todas las cosas a las que me he enfrentado, los hechos dolorosos de mi vida, mis errores tienen un lugar en mi ser hemofictivo.
Toda mi vida, mis acciones, todas tienen un sentido.
Toda mi vida, mis acciones, todas tienen un sentido.
Marxela se ha subido al escenario en más de 250 ocasiones (muchas de ellas en la mismísima calle), y ha dirigido un puñado no menos significativo de obras. Ora traducen una al catalán, ora la preparan en inglés. Marxela demuestra ser, para desgracia del canon de preguntas, un ser retrospectivamente inoperante: está viva ahora, se mueve ahora, contesta ahora, actúa ahora. No hay pasado católico, ni pretensiones soteriológicas: hay congruencia, congruencia hemofictiva.
Instante de iluminación: cuando monté la segunda escena del Ojo de Edipo, mi primera obra como directora.
El pensamiento crítico es el que te deja elegir una opción diferente a la que se te presentó en tus primeros años de vida
Un defecto fundamental de nuestros sistemas políticos: seguir creyendo que la democracia no es una falacia.
Todo lo contemporáneo me pareció poco.
Y podría seguir contestando, y yo preguntando. Pero hacerle justicia a Marxela es simplemente invitar a conocerla a través de ella. Verla actuar, dirigir, hablar, contestar, calmarse del atropellado sudor después de una escena. Por defecto Marxela escapa con generosidad de la entrevista, como escapa de lo encasillado del mundo.
Yuri Tapia, editor
IV Fest. Internaciona Hemoficción
Feria del libro Bucarest 2011
Turín, Italia.

Notas diversas:
El Terrassa levando Contra-Sujeto (2006) al Institut del Teatre
Nota realizada con motivo de la compañía de repertorio y la oportunidad para actores latinos en Barcelona.(2007)
Nota sobre Carne y tripas de gusano en México D. F. (2003)
Presencia de Hemoficción en las salas off (2005)

Nota Déjame que te mate para ver si te extraño (2001)
Crítica de teatro
Mamá es loca o está poseída, de Lorenzo Mijares
Mercè Vidal
Creo que todos estamos de acuerdo en pensar que ésta es una época de transición para las artes escénicas. Entre el bullicio que promueve la televisión y la verosimilitud que ha conseguido el cine, una vez más el teatro debe reinventarse a sí mismo.
Uno de los grandes dramaturgos y transgresores del siglo XX fue Antonin Artaud con su teatro de la crueldad. Esta corriente teatral ha sido origen e inspiración del teatro de hemoficción, con obras de Juan Trigos y dirección de Lorenzo Mijares. Mamá es loca o está poseída es una de ellas, contando cinco personajes: la muerte, la madre, el padre, la hija Chole y su marido.
Una realidad muy común se nos muestra: la esposa servicial y perfecta lleva consigo la carga moral de su madre, sus obsesiones, su catolicismo radical y la culpa. El peso enfermizo de su pasado la lleva a asesinar a su marido por temor a ser abandonada.
Un relato prometedor y una vertiente artística más que interesante que, sin embargo, en la interpretación cojea.
La madre y Chole rozan la sobreactuación, apuesto que sin pretenderlo, porque de ser así habría que haberla jugado hasta el final de sus consecuencias. El esposo, que permanece en escena básicamente en dos posturas, de pie con manos en la cintura o bien estirado sobre el escenario, parecen haber sido adoptadas para no dejar del todo entrever una falta de seguridad escénica.
Un texto de tal envergadura, con una información avasalladora para el público y extenso en cuanto a tiempo, debería exigir un mayor trabajo de dirección actoral para conseguir los objetivos que la hemoficción pretende. Lo que no deja de ser indudable es que uno no permanece indiferente. Vaya a verla y opine usted mismo.
Dirección: Lorenzo Mijares
Chole: Nathalia Sócrate
Muerte: Lorenzo Mijares
Madre: Marxela
Esposo: Lorena Moró
Padre: Tato Amador
www.teatrodehemoficcion.com
Creo que todos estamos de acuerdo en pensar que ésta es una época de transición para las artes escénicas. Entre el bullicio que promueve la televisión y la verosimilitud que ha conseguido el cine, una vez más el teatro debe reinventarse a sí mismo.
Uno de los grandes dramaturgos y transgresores del siglo XX fue Antonin Artaud con su teatro de la crueldad. Esta corriente teatral ha sido origen e inspiración del teatro de hemoficción, con obras de Juan Trigos y dirección de Lorenzo Mijares. Mamá es loca o está poseída es una de ellas, contando cinco personajes: la muerte, la madre, el padre, la hija Chole y su marido.
Una realidad muy común se nos muestra: la esposa servicial y perfecta lleva consigo la carga moral de su madre, sus obsesiones, su catolicismo radical y la culpa. El peso enfermizo de su pasado la lleva a asesinar a su marido por temor a ser abandonada.
Un relato prometedor y una vertiente artística más que interesante que, sin embargo, en la interpretación cojea.
La madre y Chole rozan la sobreactuación, apuesto que sin pretenderlo, porque de ser así habría que haberla jugado hasta el final de sus consecuencias. El esposo, que permanece en escena básicamente en dos posturas, de pie con manos en la cintura o bien estirado sobre el escenario, parecen haber sido adoptadas para no dejar del todo entrever una falta de seguridad escénica.
Un texto de tal envergadura, con una información avasalladora para el público y extenso en cuanto a tiempo, debería exigir un mayor trabajo de dirección actoral para conseguir los objetivos que la hemoficción pretende. Lo que no deja de ser indudable es que uno no permanece indiferente. Vaya a verla y opine usted mismo.
Dirección: Lorenzo Mijares
Chole: Nathalia Sócrate
Muerte: Lorenzo Mijares
Madre: Marxela
Esposo: Lorena Moró
Padre: Tato Amador
www.teatrodehemoficcion.com
Fecha de publicación: 18/04/2008
Entrevista con el director mexicano Lorenzo Mijares
Texto: Mercè Vidal / Fotos: Simone Ludovico
“El arte es un portal bendito para reconocer mis miserias y ser mejor persona”
Lorenzo Mijares es el director de Mamá es loca o está poseída, estrenada en México en 2001 y cuyo autor es el prolífico escritor mexicano Juan Trigos. Desde que conoció la obra de éste en 1999, Lorenzo sólo representa sus textos, siendo su mayor promotor. Han creado una corriente artística denominada hemoficción, que empieza a arraigarse en España.
¿Qué es la hemoficción?
Es una corriente artística creada por Juan Trigos que busca la conciencia. Es un movimiento cultural absolutamente serio, que está en búsqueda de la verdad, pero que no obstante está cargado de sentido del humor, de magia, de misterio y cristaliza todos los postulados de Antonin Artaud.
¿El humor es para mitigar el dolor de poner al espectador frente a un espejo?
Sin lugar a dudas. Esto derrama lágrimas amargas. La hemoficción se va al extremo, no es melodramática.
¿Qué es la hemoficción?
Es una corriente artística creada por Juan Trigos que busca la conciencia. Es un movimiento cultural absolutamente serio, que está en búsqueda de la verdad, pero que no obstante está cargado de sentido del humor, de magia, de misterio y cristaliza todos los postulados de Antonin Artaud.
¿El humor es para mitigar el dolor de poner al espectador frente a un espejo?
Sin lugar a dudas. Esto derrama lágrimas amargas. La hemoficción se va al extremo, no es melodramática.
¿Enfocáis las obras a un tipo de público determinado?
Creo que no, aunque es obvio que no todo el mundo desea mirarse a sí mismo, da mucho miedo. Esto no es un teatro complaciente, que busque la risa fácil o el agrado del espectador. Es un movimiento cultural que no tiene piedad
Según este argumento será difícil que veamos vuestras obras en teatros más comerciales
Son una puerta cerrada. Hay una confusión terrible porque ellos creen que sólo lo malo funciona, que las cosas simples, sin contenido, van a capturar al espectador. Tratan al público como retrasado mental. Yo apelo a su conciencia y me dedico a patearla, y la gente se lleva algo. Y estoy seguro que agradecen que les trates como personas y no como borregos.
¿Con qué emociones, sentimientos, creéis que sale el público?
Creo que es indefinible. Estoy seguro que la gente sale con la obra grabada en su cabeza para siempre, a través de alguna frase, a través de alguna imagen.
¿Difieren las reacciones del público mexicano al español?
Sí, claro, es muy distinta, aunque nunca sabes cómo va a reaccionar la gente. A veces entra por la vena cómica a la obra y entra por el sentido del humor, pero hay veces que no, que le entra por la vena misteriosa y salen con lágrimas en los ojos.
Creo que no, aunque es obvio que no todo el mundo desea mirarse a sí mismo, da mucho miedo. Esto no es un teatro complaciente, que busque la risa fácil o el agrado del espectador. Es un movimiento cultural que no tiene piedad
Según este argumento será difícil que veamos vuestras obras en teatros más comerciales
Son una puerta cerrada. Hay una confusión terrible porque ellos creen que sólo lo malo funciona, que las cosas simples, sin contenido, van a capturar al espectador. Tratan al público como retrasado mental. Yo apelo a su conciencia y me dedico a patearla, y la gente se lleva algo. Y estoy seguro que agradecen que les trates como personas y no como borregos.
¿Con qué emociones, sentimientos, creéis que sale el público?
Creo que es indefinible. Estoy seguro que la gente sale con la obra grabada en su cabeza para siempre, a través de alguna frase, a través de alguna imagen.
¿Difieren las reacciones del público mexicano al español?
Sí, claro, es muy distinta, aunque nunca sabes cómo va a reaccionar la gente. A veces entra por la vena cómica a la obra y entra por el sentido del humor, pero hay veces que no, que le entra por la vena misteriosa y salen con lágrimas en los ojos.
Debe ser agotador hacer este tipo de teatro
Sí, sí. Pero al mismo tiempo es muy vivificante, porque en verdad yo he hecho contacto conmigo gracias a esto. A veces es amargo el camino, cuando el ego se interpone.
¿Cómo acabas tú, como actor, después de hacer una función?
Absolutamente rejuvenecido, muy feliz. El arte es un portal bendito para reconocer mis miserias y ser mejor persona.
¿Qué es lo más difícil para hacer este tipo de teatro?
Lo más difícil es ser humilde, honesto. La hemoficción exige verdad.
¿Te han llegado a tomar por loco?
Sí, y eso puede dar hasta prestigio. Durante muchos años la obsesión me ha torturado y ahora no, porque la tengo muy enfocada.
¿Cuál es tu objetivo con el teatro de hemoficción?
Seguir diseminando la semilla del arte por el mundo, de aquí hasta que me muera sobre un escenario.
Las próximas fechas de Lorenzo Mijares y su teatro de hemoficción en España son:
Madrid, 30 de abril. Diana, cazadora de cabezas. Teatro Tis. C/Primavera, 11. Lavapiés. Metro Lavapiés. 13EUR
Barcelona, 17 de mayo. Carne y tripas de gusano. Rai Art - C/ Carders, 12. Metro Jaume I. 5EUR
Más información en www.teatrodehemoficcion.com
Fue en septiembre del año pasado cuando tiré el diccionario por la ventana. Y ayer, en este mes de marzo, sentí unas terribles ganas de volverlo a tirar, aunque antes debería comprarme uno nuevo. La razón de la primera vez fue que asistí a El vampiro y la señora Garrafón. Esta segunda porque fui público de Cabeza de perro con orejas de conejo. No le parecerá lógico al lector que se tiren diccionarios después de acudir al teatro. Claro que, cuando el lector piensa en teatro, todavía no piensa en Hemoficción, donde orinar y fornicar pueden ser sinónimos sin problema alguno, o los conejos ladrar y los perros conejear con sus largas orejas. Los muertos tienden a ser lo único que se queda como está, sordos y ciegos -“sólo los vivos lloramos”, nos dice Marxela desde el escenario-. Y son estas relaciones semánticas, incluso mortuorias, las que no venían en mi diccionario, sintiendo yo cómo se ha quedado viejo y desactualizado. Es lo que tiene lo viejo, que envejece.
en General
Lorenzo Mijares, dramaturgo, director, actor, promotor cultural y artístico, dirige actualmente la Compañía de Teatro de Hemoficción con sede en Barcelona, representando las obras vanguardistas del género de la Hemoficción del escritor Juan Trigos en España y Europa a través de los Festivales de Teatro de Hemoficción, que se encuentran en su IV Edición.
Sí, sí. Pero al mismo tiempo es muy vivificante, porque en verdad yo he hecho contacto conmigo gracias a esto. A veces es amargo el camino, cuando el ego se interpone.
¿Cómo acabas tú, como actor, después de hacer una función?
Absolutamente rejuvenecido, muy feliz. El arte es un portal bendito para reconocer mis miserias y ser mejor persona.
¿Qué es lo más difícil para hacer este tipo de teatro?
Lo más difícil es ser humilde, honesto. La hemoficción exige verdad.
¿Te han llegado a tomar por loco?
Sí, y eso puede dar hasta prestigio. Durante muchos años la obsesión me ha torturado y ahora no, porque la tengo muy enfocada.
¿Cuál es tu objetivo con el teatro de hemoficción?
Seguir diseminando la semilla del arte por el mundo, de aquí hasta que me muera sobre un escenario.
Las próximas fechas de Lorenzo Mijares y su teatro de hemoficción en España son:
Madrid, 30 de abril. Diana, cazadora de cabezas. Teatro Tis. C/Primavera, 11. Lavapiés. Metro Lavapiés. 13EUR
Barcelona, 17 de mayo. Carne y tripas de gusano. Rai Art - C/ Carders, 12. Metro Jaume I. 5EUR
Más información en www.teatrodehemoficcion.com
PERROS, CABEZAS Y CONEJOS
(A propósito de “Cabeza de perro con orejas de conejo” de Juan Trigos)
Se introdujo furtivamente en mi hogar y extrajo amor de la fuente. Mi amargura floreció gracias a la otra mujer feliz. Sembró hiel en tierra de nadie. En desierto quedé atorada dentro del reloj conejo.
Una vez más, mi licorcillo de hierbas me acompañaba, reposado sobre la mesa. Enfrente, Marxela iniciaba el arduo y elaborado monólogo vestida de una terrible inocencia infantil, versión aterradora de la cándida Alicia y su maravilloso país de conejos con prisa. Aquí no hay niña, acaso más crecidita, ni maravillas, acaso pesadillas, pese a que nuestra Alicia sí crea estar entre fantasías. Los relojes dan el tiempo a campanazos eclesiales que llaman a muerto; el conejo, la cabeza de un perro de largas orejas. Ya dije al lector en otra ocasión que no me pidiera explicar los títulos, que no soy filólogo, y menos con esta obra. La tragicomedia, o, mejor dicho, la comitragedia, para distinguirlo de lo clásico, es la de una mujer que explota, que acuchilla, que mata, con sus razones, aunque bien pudieran ser otras. Una mujer “encerrada consigo misma” y que “vigila las manecillas del reloj”. Cuando conocemos las razones, esbozamos sonrisas, y al ver que aquéllas trajeron el lodo del crimen, descendemos las comisuras hacia la gravedad. Un sube y baja de montaña rusa en la boca que, lentamente va provocando desazón y desasimiento. Al reflejarse en el espejo el mundo psicológico interior quebrado de Alicia, una Alicia que no se siente deseada, que se ve engañada, que queda en soledad, se puede llegar a remover algo de compasión en las entrañas, llega a “provocar sensación de lástima”. Pero en el momento en que las cuchilladas tintan en rojo la escena y el rostro de Marxela, uno piensa: casi mejor no acercarse a ese abismo de locura, a esa “presencia de mujer sola, mujer en presencia de odio”.
Resulta fantasmal, aterrador, inconcebible y, sin embargo,…. bien pensado… ¡tan real! Somos un manojo de instintos e impulsos, de reacciones, en el momento en que, atorados, sale eso que llamamos “lo peor de nosotros mismos” –no sé quién dijo que fuera “lo peor”; quién sabe si no es “lo mejor” que hay y simplemente, no nos gusta-, una rabia en erupción volcánica que Marxela ejecuta ante nosotros con perfección grecolatina en torno de una sola silla. Se retiene la tensión en la fuerza de un brazo que retrocede preparando la descarga sobre la cabeza de perro en rápidos y furiosos movimientos, instante en que se libera el interior en forma de puño cerrado o cuchillada. Tensión sexual, erótica que desemboca en muerte -ya volvemos a tener a Eros y Thanatós juntos y de la mano-. Un intercambio de ausencias y presencias, un juego de luces y sombras de lo humano.
¿Recuerda el lector a aquel otro yo que tras la señora Garrafón quiso entender qué fuera la Hemoficción? Me lo cruce hoy, en la mañana, y le comenté la representación de anoche. Le hablé de Alicia, de perros, de conejos, o, mejor dicho, de ¾ de perro y ¼ de conejo, de una infidelidad, de una señora gorda y fea, de peines perdidos por el suelo, de muertos aquí y allá, de frustraciones y angustias… esta vez, ese otro yo que quiso entender sin antes saber si había algo que entender, hizo una mueca y me dijo: así que existen perros con orejas de conejos ¿eh? Y yo le respondí que sí, que vi uno la noche pasada. ¿Y conejos que ladran también o relojes-conejo? Y volví a responder afirmativamente, pues mis ojos lo vieron, y aunque según Descartes estos me engañen, yo sé que me engañan bien -que es lo que queremos decir cuando sugerimos aquello del “sé lo que vi”-. Frunció el ceño, pensativo, imagino que tratando de pensar un ser de tales cualidades. Por fin, me dijo, extraño mundo el de la Hemoficción, a lo que hube de responder: extraño el suyo, en la Hemoficción uno se siente como en casa. De nuevo, me quito el cráneo a lo Valle-Inclán, y quedo con mis sesos a flor de piel buscándole una salida al manicomio diario.
Héctor Martínez
en Teatro
Ayer fui al teatro. Mejor dicho, el teatro vino a mí. ¿Cómo? Algún lector aún creerá que para ir al teatro hay que comprar una entrada e ir a unos de esos maravillosos templos con patio de butacas, palco platea, escenario y telón. Algún espectador no llamaría teatro a lo que no se realice en el templo. Pero, lo siento. Hay un teatro, como la Hemoficción, que se puede subir y bajar de un escenario, que puede pisar la calle o irrumpir en medio de una sala, junto a sus mesas y sus copas. Por ejemplo, en Espacio Niram, donde últimamente soy habitual. Por eso digo que, literalmente como se viene entendiendo eso de “fui al teatro”, yo no fui, él vino. Sin entrada, sin butaca, sin señor de al lado chistando si uno cuchichea, sin señoras emperifolladas -como me gusta esta palabra-, sin tener que esperar a que acabe la obra para ir a tomar algo.
Pero, vamos a ver, ¿de qué trataba la obra? ¡Ay, Dios mío! ¿Usted conoce a Freud? No, no tengo el gusto. ¿Y a Jung? Tampoco, ¿son amigos suyos? Entiendo. ¡Oiga! Me parece muy bien que usted entienda, pero aquí, el que trata de entender soy yo. Bien, ¿sabe leer? Desde los cuatro años. O sea, que tiene experiencia. Lea el Manifiesto de Lorenzo Mijares. Lo leo. Lo estoy leyendo. Lo he leído. ¿Y bien? Yo estuve en México. ¡Eso es fantástico! Pero, ¿del manifiesto? Me harté a frijoles. ¿Mientras leía? No, mientras estuve en México. ¡Estupendo, amigo mío! ¿No me pregunta por el manifiesto? Sí, por cierto. Le comento, después de leer, me ha quedado todo mucho más oscuro. ¡Claro! ¡Bravo! ¡Eso es! Alguien como usted, con estudios, no podía defraudarme.
Se llama Hemoficción, sí -y añadiría el “¿y qué pasa?” tan callejero-. Querrá el lector que le explique esto de la Hemoficción, pero.. no sé hasta que punto podría. Es lo que escribe Juan Trigos, lo que dirige y representa Lorenzo Mijares junto con Marxela Etchichury. ¿Hay sangre? Por aquello de “Hemo-”, ya sabe usted… Sí, hay sangre, y crimen, y violencia. ¿No me pregunta usted por la “Ficción”? No, hombre, eso lo entiendo perfectamente, porque leo novelas del género. ¡Ah, bueno! Pues entonces ya está todo dicho. Y sin embargo, no lo está. Porque hay que verlo, hay que asistir, al menos, a una obra una vez al año, en peligro de muerte y, sobre todo, si se va a comulgar, pues quizás se le quiten las ganas. ¿Blasfemia irreverente? Sí y no. Herejía socio-civil, diría yo. ¿Cómo? Lo que ha oído. Herejía socio-civil. Se lo explico: usted tiene bien medidos los parámetros de “normalidad”, ¿verdad? Sí, y tan bien. Pues aquí le demuestran que no. No entiendo. Lo intentaré de nuevo: usted, digo yo, tiene un trabajo, y madruga o trasnocha, unas horitas por unos durillos. Sí, así es. Y, ¿para usted es algo normal? Sí, claro, hay que vivir. Bien: llega a casa, y, ¿no tiene ganas de matar a alguien? ¿Cómo dice? Lo que oye, explotar, matar, asesinar… Como esa sea toda la explicación que puede darme, estamos listos. De acuerdo, déjeme intentarlo de nuevo: ¿usted ve las noticias en la televisión? Sí, cuando puedo. Sin duda, alguna vez se habrá cruzado noticias de sucesos, es decir, tipo normal, con estudios, alto nivel cultural, trabajo, felizmente casado, ¡hasta con niños! No grite que me sobresalta. Perdóneme, continúo. Le escucho. De pronto, ese tipo tan “normal”, me entiende, sale en las noticias porque se ha cepillado a toda su familia pasándolos a cuchillo en una orgía de sangre. Esto, a usted, no le parecerá normal. No, desde luego que no. Bueno, pues luego, micrófono en mano le preguntan los periodistas a los vecinos y… ¿qué suelen responder estos? Pues que no lo entienden, que se le veía una persona muy normal, trabajadora, cumplidora y educada. Efectivamente. ¿Y qué? ¡Y qué!, me dice. Sí, ¿y qué? Es normal que no se entienda. ¡Normal! He ahí el quid de la cuestión: es normal que nadie entienda que alguien normal hizo algo tan sangrientamente anormal. Así no hay quien se enteré. Piense, buen hombre, piense, que tampoco es tan difícil. ¿Me está llamando tonto? No, simplemente le llamo normal. Pero para usted normal y tonto son sinónimos. Bueno, ya hemos avanzado algo.
La obra que vi se títula El vampiro y la señora Garrafón, pero, por favor, no me pregunten el porqué. Tendría que explicar por qué otra se llama Cabeza de perro con orejas de conejo, o El HombreReloj. Y, lo siento, pero no me dedico a la filología, sino a ver teatro. Deje el espectador de intentar adelantarse a los personajes. Contemple. Una muñeca hinchable atada a la cintura
de Marxela puede ser, perfectamente, un cadaver femenino muerto a golpes y colgado por los pies. Contemple y no mire. Deje que la anormalidad se le vuelva normal. Una baqueta puede ser un cetro o un pene erecto o flácido. Un títere desnudo, un vampiro bufón. Una marioneta puede ser un vampiro lechero. Unas faldas colgadas de una pared, una madre. Contemple. La sangre puede ser leche roja. Aunque no lo crea, Lorenzo Mijares es un rey loco que estudió hotelería y que pudo ser médico o abogado. Contemple. No intente ser el listo en un espectáculo de magia. Aunque, de todas formas, los primeros minutos le aturdirán. Para eso son los primeros momentos, para rendir al espectador, cansarlo hasta su entrega. Los magos lo saben. Le demoleran su instinto racional, y usted terminará por aceptar que no hay truco.
Yo estaba sentado, con mi licorcito de siempre, el de hierbas. Cuando no, un roncito entra perfecto. Delante de mí, Lorenzo Mijares y Marxela me desmontaban el mundo. Es un buen espectáculo esto de ver el mundo desmoronarse con una copita en los labios. Se me terminó la copa, sin darme cuenta. Me estremecí. Entiéndase que no por el fin de la copa. Lorenzo y Marxela, ¡qué extraordinario esfuerzo para la voz!, allí seguían, sin parar, haciendo el pino. Me
estremecía porque no sé hacer el pino, y además, porque, como les dije al final junto a la barra, pidiendo otra, empecé a tener miedo de mí mismo -con o sin pino, el mundo al revés-. Una vez que habían acabado de devastar el mundo, ese gran yo universal, empezaron a devastarnos uno a uno, ese pequeño yo tan particular de cada cual. ¡Qué criminal es la rutina! Me vi como un necrofílico, adicto y sin solución. Estaba en un manicomio con camisa de fuerza desatada y sin celadores. ¡Era capaz de cualquier tropelía! Mi yo, mi superyo y mi ello convergían en una gran O admirativa. Probablemente, hasta me cambiase la cara. A todos, en realidad, por lo que nadie se dio cuenta. ¿Cuándo? Más o menos al instante que Lorenzo decía aquello de la razón de la sinrazón que a mi razón… ¡se hace! Y Marxela gritaba el nombre de los nombres: ¿Dios? No, ¡Don Quijote! Era la exaltación de la verdadera cordura ante un público lleno de locos… y Rocinante a la puerta. Eso sí, de Dios también se hablaba. Quizás sea el más cuerdo de todos, aunque no sé si es eso es algo bueno. Mis felicitaciones a Lorenzo y Marxela. Y a la familia Trigos, ante la que me quito el cráneo.
Héctor Martínez
Saturday, April 9, 2011
ENTREVISTA CON LORENZO MIJARES, TEATRO DE HEMOFICCIóN
Ha recibido numerosos premios entre los que se cuenta el Trofeo Eugene Ionesco en la II Edición de los Premios Niram Art celebrada en Madrid en 2010.
por Héctor Martínez Sanz
Madrid en Marco: Querido Lorenzo, te agradecemos infinitamente tu atención para nuestra Revista. La última vez que te vimos, a comienzos de diciembre, recibías el “Premio a la Celebridad España 2010” aquí en Madrid. Celebridad de España siendo de México es un poco extraño. ¿Lo ves como un reconocimiento español a todo tu esfuerzo puesto en este país?
Lorenzo Mijares: Sin duda lo es. El premio me lo otorgan aquí por mi labor en España. También debo decir que para una comunidad como la rumana, en España es fácil valorar el esfuerzo que supone para un extranjero conseguir logros importantes fuera de su país. Esto, un inmigrante lo sabe, y por esta razón yo lo he recibido como un doble reconocimiento a mi trabajo. Estoy doblemente agradecido.
MM: Precisamente, muchas veces te hemos oído decir en las funciones que la Hemoficción es un regalo que traéis de México para España y la humanidad. ¿Corresponde la acogida del público al regalo?
LM: Nunca agradeceremos bastante a Beethoven por sus sinfonías ni a Dostoyevski porLos Hermanos Karamásov y siempre nos quedaremos cortos con Shakespeare ante eldescomunal regalo que nos hizo solo con Hamlet. Pero lo que sí te puedo asegurar es que el impacto de la Hemoficción siempre es brutal.
MM: Ahora mismo la Compañía de Hemoficción tiene su residencia en Barcelona y pasa también varias temporadas en Madrid. El III Festival de Teatro de Hemoficción recorrió España y Europa, por Turín, Roma. Como teatro de vanguardia tiene una proyección espectacular, más que un teatro convencional. ¿A qué lo achacas?
LM: Yo lo atribuyo a la universalidad del arte. La Hemoficción es profundamente Mexicana pero al mismo tiempo es universal y atemporal, no conoce fronteras. Este año hemos ido a Nueva York con enorme éxito. Estaremos en Ravensburg, Alemania, iremos a Bucarest.....¡y será apenas el IV Festival!
MM: No voy a pedirte que nos des una definición de Hemoficción, pero sí que nos hables sobre uno de sus principios fundamentales: “el crimen es un modo de purificación, forma de aligerar el peso de la culpa y una forma de alcanzar el mayor grado de conciencia”.
LM: No lo sé. Tú lo reconoces en tu pregunta como uno de sus principios fundamentales. Yo no lo sé. Sólo sé que los seres humanos, mirados a profundidad, somos de terror. El egoísmo, la avaricia, la codicia, la miseria, la mezquindad, la incapacidad de afecto, la envidia y el odio están más presentes de lo que nadie quiere aceptar y basta sólo un poco de seriedad para verlo sin dificultad. Lo que ocurre es que asusta admitirlo. Es muy jodido verlo y mucho más lo es cuando tiene que admitirlo uno mismo. Es más “fácil” jugar a ser generosos y bondadosos. La Hemoficción juega sin vergüenza y sin pudor con eso que somos y nos sumerge en ficciones cargadas de profundidad y de una veracidad aterradora que, gracias al creador, también están llenas de poesía y belleza.
MM: Para Antonin Artaud: “Esta crueldad, que será sangrienta en el momento que sea necesario, pero no de manera sistemática, puede ser identificada con una especie de pureza moral severa que no teme pagar a la vida el precio que sea necesario”. No ya en tanto que actor, sino como director, ¿Cuánto de Atonin Artaud hay en la Hemoficción y cuánto hay en ti de ambos?
LM: Yo amo a Artaud y siempre he respetado sus grandes ideas sobre el teatro y el arte. Y sé que nací para ser (hacer) Hemoficción. Espero con esto responder a tu pregunta. ¿Cuánto hay en mí de ambos? Me parece que somos un mismo espíritu, por ello Artaud fue a México a buscarnos y ya nos encontramos. Yo siempre he sabido que lo único importante es el refinamiento cultural del que habla Artaud, el crecimiento espiritual, eso nos humaniza y con esto podemos dejar algo mejor el mundo a los que vienen. Es mi única responsabilidad.
MM: Juan Trigos es el creador del movimiento de Hemoficción. Él se purifica escribiéndolo. Tú lo diriges y lo representas. ¿Te sientes el brazo ejecutor del crimen? ¿Cómo es esa purificación en ti tras actuar?
LM: (Risas) ¡Veo que te gusta la sangre! Yo no sé hasta que punto he digerido la Hemoficción. O debo decir, si terminaré de digerir las obras que he llevado a la escena. Sí soy el brazo ejecutor en tanto que la Hemoficción me ha exigido una congruencia cruel y despiadada, de la que habla también Artaud, pero te puedo decir que gracias a esa crueldad es que he conseguido crecer como persona y como artista. Cada representación me hace acumular fuerza y certeza. El crecimiento es interno. En este sentido sí soy brazo ejecutor.Yo siempre digo a mis aprendices que un actor crece sobre el escenario en la medida en que alcanza congruencia bajo el escenario. Ahí está la verdadera purificación en mi experiencia.
MM: De hecho, cuando recogías el Trofeo Eugene Ionesco en la 2ª Edición de los Premios Niram Art (junio 2010), decías: “suelo funcionar mejor en un personaje [de Hemoficción] que dentro de éste que ven ahora. Por eso me refugio en el arte”. ¿Es también Lorenzo Mijares un personaje de Hemoficción?
LM: No. Yo soy hijo de mis progenitores y a ellos agradezco, soy hijo del medio en el que crecí, de mi país, de la cultura y educación que recibí de mis padres, de esas precisas cosas que me ocurrieron.... y en mi búsqueda incansable, entre teatro, fiestas, libros, copas, fugas, huidas y diversos revolcones, encontré el sentido de mi vida al reconocerme en la Hemoficción, “choque brutal”, pero no como un personaje sino, más bien, como unapendice motríz de esa elevadísima poesía dramática.
MM: Es un teatro de lo grotesco, esperpéntico, cruel, donde el crimen es consecuencia y el acento recae más sobre su origen: convenciones sociales dentro de la familia, por ejemplo. No es el dolor físico, sino moral, psicológico, que causa la sociedad y que todos sufrimos. ¿Cómo es posible expresar algo tan inmaterial en un espacio escénico?
LM: No lo sé. Por eso amo la Hemoficción desde que me inicié con Déjame que te mate para ver si te extraño. Porque Juan Trigos, con la Hemoficción, lo consigue como yo siempre lo deseé. Desde que era yo un niño siempre quise encontrar un caldero en que aflorara sólo la verdad entre tanta putrefacción, entre tanta contradicción, entre tanta hipocresía, entre tanta y tanta mierda. ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo decir la verdad sin sucumbir en tantas contradicciones? Yo no lo sé, pero en la Hemoficción lo he encontrado.
MM: En un artículo describí la Hemoficción como “herejía socio-civil”. ¿Te parece ajustada la expresión?
LM: Se queda corta, muy corta. El arte es sublime. Y siempre, cualquier definición se quedará corta. La Hemoficción está viva.
MM: Ahora hablo como espectador. En cada representación hay una especie de magia, de velo invisible que va cayendo. El público pasa del rechazo a la curiosidad, a la risa y a la seriedad en un vaivén de emociones, hasta la identificación con lo que acontece. Es una continua provocación irrespetuosa al “respetable” –permíteme la expresión para el juego de palabras-, un golpearle sin pausa. ¿Podríamos decir que la verdadera víctima de cada representación es el público? ¿Es necesaria la catarsis en la audiencia para el éxito de la representación?
LM: Yo anhelo que así sea. Para mí lo es. Cada representación es una aventura emocional desconocida y grandiosa. Y deseo profundamente que lo sea para quien lo comparta conmigo. Pero ¿necesaria? Para mí la representación es un éxito por el hecho mismo de hacerla. Llevar a cabo una representación de Hemoficción es un éxito. Para mí lo es, para aquéllos con quienes comparto la escena. A mí me transforma internamente, a mí me ayuda a ser mejor ser humano, me hace más pleno y eso pretendo enseñar a mis pupilos y compartirles siempre. A mí me ayuda a agradecer a la vida y compartir apasionadamente lo que más amo hacer, que es Hemoficción. Eso ya es para mí un gran regalo. Si además el público lo comparte, pues más feliz y más agradecido estoy.
MM: ¿Se trata de catarsis individuales, colectivas o ambas?
LM: Ambas. Maravilloso.
MM: Una de las obras, sin duda, más aplaudidas y reverenciadas es “Contra-sujeto”… Para mí resulta paradigmática de toda la Hemoficción teatral. En tu opinión, ¿a qué crees que se debe el éxito de “Contra-Sujeto”?
LM: Es un monólogo que te tiene mucho más que atento durante casi dos horas. Esto ya es insospechado.....es un “tur de force” y además un reto enorme para cualquier actor. Trece personajes de lo más variopintos. Supongo que ahí radica el éxito descomunal que esta obra tiene. Un actor haciendo trece personajes durante casi dos horas.
MM: Sin embargo, la obra de Juan Trigos que te hechiza, que te produce una colisión esDéjame que te mate para ver si te extraño, en 1999… tanto como para fundar la Compañía de Teatro de Hemoficción y promover esta vanguardia en España y el mundo desde entonces… ¿Qué ocurrió en 1999?
LM: (Risas)... pues en pocas palabras te cuento. Con Déjame que te mate para ver si te extraño supe que tendría que renunciar a todo para dedicarme profunda, profesional y seriamente al arte. Y eso. Ahhhhhhh!!!! Ser artista alrededor de una charla de café es fácil, hasta prestigio te da... pero la congruencia que pide el arte!!!!! Me ha resultado muy difícil. Escuchar sólo a mi intuición. Hacer oídos sordos a todas las voces familiares, de amigos, dejar la vida estable, la economía estable, las comodidades... en fin, lo establecido. Supe que tendría que dejar de jugar al “director consentido y favorecido que vive un poco del cuento” para comprometerme seriamente con mi trabajo. Y bueno, llevo apenas doce años de haber sufrido este choque brutal y maravilloso.
MM: En tu “Manifiesto” afirmas algo que hoy nos resulta extraño a todos: “Debo confesar que el primer resistente a la Hemoficción fuí y he sido yo, me avergonzaba de solo pronunciar la palabra durante años, además me dolía, me incomodaba, me irritaba, me violentaba, me molestaba enormemente, me ha dolido hasta lo más profundo”. ¿Por qué?
LM: Porque me daba vergüenza. ¿Hemoficción yo? Me decía. Me parecía poco para mí. (Risas)… claro... para mi tonto ego inflado. Vengo de la escuela de los directores que son dramaturgos, y aunque nunca he creído en ello (sé que es vulgar y pretencioso)… lo tenía metido en el culo....¿¡Cómo YO sometido a una dramaturgia!? Y por otro lado me golpeaba el hecho de venerar (-porque en el arte, si se quiere ser alguien, hay que tener la capacidad de venerar a otro artista). Y venerar a un muerto es sencillo, pero ¡a Juan Trigos!, ¡Un vivo! Difícil. A mí me costó mucho trabajo reconocer su grandeza. Hoy me siento absolutamente privilegiado y elegido de ser el pionero de esta vanguardia cultural pero hube de doblegar a mi propia estupidez.
MM: No obstante, ahora eres su profeta…
LM: Humilde emisario de esta voz divina... (Risas)... y me divierto lo indecible!!!
MM: Para terminar, recordaremos a nuestros lectores una frase que repites incesantemente junto a otras que ya hemos citado: “La Hemoficción ha llegado hasta aquí para quedarse”. Confiamos en que no solamente la Hemoficción, sino también Lorenzo Mijares venga a Madrid y se quede con nosotros. Gracias por lo que haces, Lorenzo.
LM: Gracias a ti por darme nuevamente la oportunidad de compartir esto que amo tanto. Y seguiré diciendo: La Hemoficción es un concilio espiritual con nuestra madre patria España.
MÁS INFORMACIÓN
Written by Martin Cid | |
Wednesday, 01 July 2009 00:00 | |
En principio, llama la atención y nos interroga: ¿qué busca una palabra que, en retruécano, se quiere hacer llamar "hemoficción"
Responderé con otra pregunta (y no insultaré al lector con transcripciones simplistas del griego): ¿qué llevó a Medea a envenenar a sus hijos? La tragedia de Medea es, de alguna manera (y que me perdonen los más puristas) una metáfora sobre el teatro como también lo son las grandes obras de los grandes dramaturgos. El "ser o no ser" de Shakespeare es también una búsqueda de la locura por medio de la más lógica de las contradicciones... el monólogo de Segismundo en "La Vida es Sueño" busca también esa profundidad metafórica encontrada en el referente órfico.
Juan Trigos es el creador de la hemoficción, el artífice de una palabra que pretende (y consigue) regresar a los movimientos vanguardistas de Ionesco o Artaud, pero que también nos devuelve al eco clásico del mito de Medea y su posible locura... palabra tan referenciada como referente, tan buscada como perdida.
Tuve ocasión de contemplar -de admirar- la obra llamada "Contra-sujeto": espejos referenciales de locura casual y alcohólica, juegos mentales de un gran actor consagrado a su creador-reflejo: Lorenzo Mijares. Nos ofreció durante más o menos dos horas un auténtico tour de force interpretativo y melancólico del más puro teatro del monólogo... cómo soportar el peso interpretativo de una sola escena en mil momentos tragi-cómicos.
Y es que la hemoficción es tan comedia como tragedia, y tanto reflexión teatral como simplificación escénica y complicación dramática. La hemoficción se erige en referente de la nueva vanguardia porque esclásica y vanguardia, huyendo tanto de los tópicos clásicos como de los típicos vanguardistas, pero buscando en ellos su inspiración más espontánea.
Tratan los textos de Trigos sobre la vida pero, sobre todo, tratan de esa muerte mental que nos acecha, de ese teatro en primer orden, de ese monólogo de Segismundo en el que nos pregunta a nosotros, también autores indirectos de la tragedia, si estamos dispuestos a creer en nuestra propia tragedia, si estamos dispuestos a buscar en el texto la razón escondida de nuestro ser y si estamos preparados para recordarnos, una vez más, que esas dos horas son más reales que los mil días que aún nos quedan por vivir antes de volver a nuestro orígen: Grecia.
Soñar esos momentos que aún nos devolverán al nacer.
What is the meaning of Hemofiction? What are they looking for?
I will answer with another question instead of trying academic explanations about ancient Greek theatre: Why Medea poisoned her children? What was the motive and reason? Medea’s tragedy is a metaphor about the own theatre, the same as a metaphor are all of the important plays of the other important old players. “To be or not to be” by Shakespeare is also a search for madness among logical contradictions… same happens with “Life is a dream” by Calderon de la Barca.
Juan Trigos is Hemofiction creator, he is the initiator of a word which wants to assume the avant-garde movements of Ionesco o Artaud but, also, Medea’s myth and her possible insanity… a word so searched as lost, so referent as reference.
I could see –and admire- “Contra-sujeto”, a play which works as a mirror of alcoholic and crazy references… mental games of an actor devoted of his creator-reflection: Lorenzo Mijares. He acted for more than two hours! A strong and sad monologue! More than one thousand of tragicomical momments!
Hemofiction is comedy and tragedy, dramatic complication, and scenic simplification. Hemofiction is going to be the referent for the new vanguard since it is classical and modern and it looks for new ways of inspiration but it likes the old ones.
Juan Trigos writes about life but about mental death too. He asks us, indirect authors of his play and we can answer if we can believe in our own tragedy, if we can seek into the text the hidden reason of our existence, if we want to get up the scene and to live two real hours, more real than the one thousand days that we will live before turning to our origin: Greece.
We should dream with these moments which will return us to our beginning.
Primera Parte Desde las vanguardias de principios del siglo 20 se ha discutido mucho acerca de la relación entre el teatro y la dramaturgia. Hoy, gracias a la interdisciplinariedad de las artes y la tecnología, entendemos que el teatro es libre de manifestarse como desee, con palabras o sin ellas. Un problema sigue vivo: ¿el teatro —como el cine, el video, la danza, la ópera— debe contar una historia? La respuesta es: sí, pero la forma de contarla no necesariamente es lineal, es decir, lógica. Dos montajes recién presentados en la Casa de la Cultura han provocado esta elucubración: “Don Conejo Tijeras”, del autor mexicano Juan Trigos, y “Mientras Termina de Maquillarse la Muerte”, del autor saltillense Héctor Cabello. La dirección del primer montaje es de Jorge Alberto Durón y actúan en él varios actores además del director; la del segundo es de Gina Garnica y quien actúa este monólogo es Aurelio Pérez. Por razones distintas, ambos trabajos merecen un comentario. Mucho hay por hacer en el grupo que ofrece una muestra de “teatro de hemoficción”, corriente que encabezan en España el escritor Juan Trigos y el actor y director Lorenzo Mijares. Sugiero amablemente al lector un breve viaje por el ciberespacio para enterarse de lo que estos artistas definen como “hemoficción.com”. Como adelanto, aventuro que este movimiento se nutre del teatro del absurdo, del teatro de la crueldad, del surrealismo y del teatro pánico, entre otras corrientes. Teatro sustancialmente verbal, el drama hemoficcional quiere cuestionar al individuo y a la tribu, exactamente como en la Antigüedad de Esquilo, pero con recursos y palabras de nuestra transposmodernidad. El subsuelo de este teatro y de esta dramaturgia es vetusto y de espesa contextura, por eso nos son presentados en un empaque “vanguardista”. Pero el hacer un teatro de esta índole suele pasar su factura, sobre todo a quienes no han penetrado lo suficiente en el quehacer y la investigación del drama. El “ensayo abierto” que de “Don Conejo Tijeras” este grupo presentó el sábado 24 de septiembre, a las 5 de la tarde, en el Centro Cultural García Carrillo, me confirma algo: en las artes representativas, la trama de una historia debe no ser evidente. Richard Ellman dice de Beckett, en “Cuatro Dublineses”: “Que ‘Murphy’ [1938] era una obra primeriza parece demostrarlo el que tuviera trama”. Interesantísimo comentario. ¿Significa esto que una historia debe dejar de lado la trama? Claro que no: una historia sin trama no es una historia, una historia sin trama sería una suerte de matemática pura. Lo que los fabuladores de principios del siglo 20 querían era contar una historia desde ángulos diferentes de los que habían empleado los autores del 19. Trama: drama: acción. Lo que los dramaturgos y narradores desearon a partir de ¿Joyce? fue abolir la trama convencional e instaurar una forma nueva de contar una historia. Ejemplos contemporáneos son Lezama Lima y Julio Cortázar; Samuel Beckett y Fernando Arrabal; quizá Murakami. En esta tradición “deconstructiva” entraría la obra de Juan Trigos, quien encontró en Lorenzo Mijares a su mejor difusor. En esta forma del teatro —la hemoficción— no es tan importante el trabajo actoral como la puesta en escena de un discurso dramático que parece lo mismo coro de tragedia griega que narrador de teatro psicológico; lo mismo recitado de letanías que ejercicio mnemotécnico. La trama queda escondida entre este alud de palabras: los espectadores nos enteramos de algo gracias a cierta información esporádicamente telegráfica que escuchamos por boca de los actores. El lenguaje y una historia cifrada son los protagonistas en la obra de Juan Trigos: el tiempo de la representación queda virtualmente tapizado de palabras, muchas palabras que cuentan allá, en el fondo del entramado mental, una historia atávica y vigente, o vigente por atávica. Los actores se convierten en oficiantes de un “folklore abstracto” (Trigos dixit) y en figurantes alegóricos de un auto no sacramental sino demencial. El único problema está en la formación, en la técnica y en la capacidad de lectura y recepción de los actores y del director de este grupo de teatro. La apuesta por nuestros jóvenes artistas sigue abierta, pero “LosEmpeños de una Casa” es más que el nombre de una obra de Sor Juana. |