Lorenzo Mijares

jueves, 17 de noviembre de 2011

RESUMEN DE REPRESENTACIÓN REALIZADA EN BARCELONA, MAYO DEL 2011

EDICIÓN DE CRISTIANA BALDETTI

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Hemoficción, más allá de la vanguardia.

La Hemoficción es una suerte de folklore abstracto que toma en serio la aparición de fantasmas y que cree en la conciencia privilegiada, en el misterio. Mis obras están escritas para producir entusiasmo, fundiendo drama y comedia, a través de un diseño poético. El tono es triste y de burla. Cada leyenda que he escrito inventa la parte histórica y la recreación popular, es pretexto para tratar de desentrañar arcanos psicológicos, esotéricos, mágicos. Sigo la tradición pero la reviso al mismo tiempo.

Juan Trigos Synister

Huyo y regreso, me voy de mí, para volver al mismo lado.

Me da escalofrio lo peligroso que he sido en mi propia formación.

A lo largo de estos años he estado a punto de salir corriendo muchas veces.

Burbujas emocionales horripilantes. Cualquier pretexto es bueno. -Que si me resentí. -Que si me enojé. -Que si me equivoqué. -Que si porque me dijo…!!!-que por si no me dijo…!!!-que si porque tengo o si porque no tengo.

He usado TODO como recurso para destruírme y huir de lo que más amo, el teatro, la Hemoficción.

Gracias a algo bendito, ajeno a mí, que aquí agradezco, no lo he hecho y aquí sigo. Caminando.

A esto me ha llevado creer ciegamente en los textos dramáticos de Juan Trigos.

Para mi, es el resultado MAGICO Y MARAVILLOSO de creer en el otro poniendome al servicio del drama sin cuestionarlo, con toda mi intuición y sin discusión.

Esto me ha llevado a ver que si no pongo a competir mis “razones” con las del dramaturgo, si dejo que SU OBRA haga su trabajo “ficción dramática” yo hago el mío, dirección escénica....y el actor actúa, desde la obediencia. Como el pianista sigue la partitura de la obra.....entonces....ahí, luego de la “total sumisión”.....Para mí, la única expresion verdadera del respeto genuino, entonces surge, SIN EGOS EN COMPETENCIA. La grandeza de cada uno.

El dramaturgo como gigante que es.

El director ascendiendo, gracias al drama, a las dimensiones descomunales de la obra y de su talento.

El actor alcanzando las alturas místicas de la divinidad, desde la obediencia total.

Los tres cosechando sin poner los EGOS en guerra.

Este es el camino que yo conozco y que deseo compartir.

No pongo a discusión mi trabajo.

No son teorias rebatibles.

Es mi experiencia en la vida.

Es mi ser artista.